3. (Él es Quien) te ha
revelado el Libro (el Corán) con la verdad (¡oh, Muhammad!) confirmando
los (Libros) que lo precedieron y Quien reveló la Torá y el Evangelio,
4. los cuales fueron, con
anterioridad, una guía para los hombres, y (Él es Quien) ha revelado
todo aquello que distingue la verdad de la falsedad. En verdad, quienes
rechazan las revelaciones de Al-lah tendrán un castigo severo; y Al-lah
es Poderoso, capaz de castigar duramente (a quienes lo desobedecen).
6. Él es Quien os da la forma
que quiere en el vientre materno. No hay ninguna divinidad verdadera con
derecho a ser adorada excepto Él, el Poderoso, el Sabio.
7. Él es Quien te ha revelado
el Libro (¡oh, Muhammad!). En él hay aleyas claras que son la base del
Libro[94] y otras que aceptan diferentes interpretaciones. Aquellos
cuyos corazones se desvían de la verdad siguen las que admiten distintas
interpretaciones con el fin de sembrar dudas y divergencias entre la
gente y darles el significado (que ellos desean). Sin embargo, solo
Al-lah conoce su verdadera interpretación. Mas quienes tienen un
conocimiento profundo dicen: «Creemos en él (el Corán), todo él procede
de nuestro Señor». Pero solo reflexionan los hombres de buen juicio.
[94] Se refiere a las aleyas que recogen los
principios de la fe, las obligaciones de los creyentes, las órdenes y
las prohibiciones de Al-lah, así como todos Sus preceptos.
8. (Y dicen:) «¡Señor, no
dejes que nuestros corazones se desvíen después de habernos guiado y
concédenos Tu misericordia! Ciertamente, Tú eres Quien concede (lo que
quiere a quien quiere sin límite alguno).
9. »¡Señor!, Tú eres Quien
reunirás a todos los hombres el día sobre el cual no hay duda (para
juzgarlos)». En verdad, Al-lah no incumple Sus promesas.
11. Su comportamiento es
similar al del Faraón y al de otros (incrédulos) que lo precedieron.
Desmintieron los signos de Al-lah y Él los castigó por sus pecados. Y
Al-lah es severo en el castigo.
12. Diles (¡oh, Muhammad!) a
quienes rechazan la verdad que serán vencidos y conducidos juntos hacia
el infierno. ¡Y qué pésimo lugar para permanecer en él!
13. Ciertamente, (vosotros,
judíos, que negáis la verdad debido a vuestra altivez) tuvisteis una
prueba (de que Al-lah haría que Su religión triunfara) en las dos
facciones que se enfrentaron (en la batalla de Badr[95]). Una de ellas
(la del Profeta y sus seguidores) luchaba por la causa de Al-lah
mientras que la otra, formada por los incrédulos (de La Meca), vio con
sus propios ojos que los creyentes[96] los doblaban en número (a pesar
de que su número era en realidad muy inferior al de ellos). Y Al-lah
fortalece con Su ayuda a quien quiere. Ciertamente, en esto hay una
lección para los dotados de clarividencia.
[95] La batalla de Badr fue la primera batalla
del islam y tuvo lugar en el mes de ramadán del segundo año de la
Hégira, cerca de la ciudad de Medina. Al-lah concedió a los creyentes la
victoria, a pesar de que los incrédulos de La Meca los triplicaban en
número.
[96] También puede entenderse que los creyentes vieron con sus propios
ojos que las fuerzas de los incrédulos de La Meca los doblaban en
número. Ambas interpretaciones son completamente ciertas y no se
contradicen, pues Al-lah quiso levantar la moral de los creyentes
haciéndoles ver que sus enemigos solo los doblaban en número, cuando, en
verdad, los triplicaban; asimismo, para infundir miedo en los corazones
de los incrédulos de La Meca, Al-lah hizo ver a estos que los creyentes
los doblaban en número.
14. A los hombres se les ha
embellecido el amor por lo que desean[97]: las mujeres, los hijos
varones, grandes cantidades de oro y plata, los caballos de pura raza,
los ganados y las tierras de cultivo. Todo ello son placeres (efímeros)
de esta vida, mas Al-lah posee junto a Él un buen lugar de retorno (y la
mejor recompensa: el paraíso).
[97] Esta aleya enumera los placeres terrenales
que los árabes contemporáneos del Profeta —que Al-lah lo bendiga y le
dé la paz— deseaban más, pero es aplicable a todo aquello que el hombre
puede desear en cualquier época y en cualquier lugar.
15. Di (¡oh, Muhammad!, a la
gente): «¿(Queréis que) os informe de algo mejor que eso (los bienes
terrenales)? Quienes teman a su Señor tendrán junto a Él jardines por
los cuales corren ríos y donde vivirán eternamente. Y tendrán esposas
purificadas y la complacencia de Al-lah». Y Al-lah ve todo lo que hacen
Sus siervos.
17. (esos son) los pacientes,
los sinceros (en la fe y en sus acciones), los obedientes (que cumplen
todo lo que Al-lah les ordena sometiéndose a Su voluntad), los
caritativos y quienes piden perdón a Al-lah antes del amanecer.
18. Al-lah da testimonio, así
como los ángeles y quienes han sido dotados de conocimiento, de que no
hay más divinidad verdadera que Él y de que actúa con justicia. Nada ni
nadie merece ser adorado excepto Él, el Poderoso, el Sabio.
19. La única religión
(verdadera) para Al-lah es el islam; y quienes recibieron las Escrituras
(los judíos y los cristianos) no discreparon hasta después de haberles
llegado el conocimiento, por enemistad y envidias entre ellos. Y quien
rechace las aleyas de Al-lah (y no crea en las pruebas de Su unicidad),
(que sepa que) Al-lah es rápido en la retribución del castigo.
20. Y si te discuten (acerca
de la religión), diles (¡oh, Muhammad!): «Yo y quienes me siguen nos
hemos sometido completamente a Al-lah (adorándolo solo a Él)». Y diles a
quienes recibieron las Escrituras (los judíos y los cristianos) y a los
iletrados (los idólatras de entre los árabes): «¿No os someteréis
vosotros también (aceptado el islam)?». Si se someten aceptando el
islam, estarán en el buen camino; pero si le dan la espalda, (rendirán
cuentas a Al-lah por ello). Y a ti solo te corresponde transmitirles el
mensaje (de Al-lah). Y Al-lah ve todo lo que hacen Sus siervos.
21. A quienes no creen en las
pruebas y aleyas de Al-lah y matan a los profetas sin derecho alguno, y
matan a quienes luchan por la justician entre los hombres, anúnciales
que tendrán un doloroso castigo.
23. ¿No has reparado (¡oh,
Muhammad!) en quienes concedimos una parte de las Escrituras (los
judíos)? Se les llama a seguir el Libro[98] de Al-lah para que juzguen
entre ellos (según su contenido) y, no obstante, un grupo de ellos le da
la espalda oponiéndose a él.
[98] Puede hacer referencia al Corán, y en este
caso los judíos estarían siendo llamados a aceptar el islam, o también
puede hacer referencia a sus propias Escrituras, la Torá, ya que no la
ponían en práctica y no juzgaban a los suyos según la ley que Al-lah les
había revelado.
24. Eso se debe a que dicen:
«El fuego del infierno no nos tocará, salvo por unos días contados»; y
se dejan engañar por lo que ellos mismos han inventado acerca de su
religión[99].
[99] Los judíos se engañaban a ellos mismos al
creerse que no serían castigados porque se consideraban el pueblo
escogido o favorito de Al-lah.
25. ¿Y cuál será su situación
cuando los reunamos (para ser juzgados) el día sobre el cual no hay duda
(el Día de la Resurrección) y cada uno sea plenamente retribuido según
las acciones que realizó? Y nadie será tratado injustamente.
26. Di: «¡Oh, Al-lah! ¡Dueño
del poder supremo!, concedes el poder a quien quieres y se lo arrebatas a
quien quieres. Exaltas a quien quieres y humillas a quien quieres. El
bien está en Tus manos[100]. Tú eres Todopoderoso.
[100] Ver la segunda nota de la aleya 115 de la sura 2.
27. »Haces que la noche
penetre en el día y el día en la noche (haciendo variar la duración de
ambos a lo largo del año). Haces surgir lo vivo de lo muerto y lo muerto
de lo vivo. Y provees a quien quieres sin límite alguno».
28. Los creyentes no deben
tomar por protectores y aliados, ni conceder apoyo, a quienes rechazan
la verdad, en lugar de a los creyentes. Y quien lo haga no recibirá, en
modo alguno, la ayuda de Al-lah, a menos que sea para preservar la vida.
Y Al-lah os advierte acerca de Él (y de Su castigo), y a Él es el
retorno (el Día de la Resurrección).
29. Diles (a los creyentes,
¡oh, Muhammad!): «Al-lah conoce tanto lo que ocultáis en vuestros
corazones como lo que manifestáis. Conoce cuanto hay en los cielos y en
la tierra, y Él es Todopoderoso».
30. El día en que cada uno
encuentre ante sí las buenas y malas acciones que llevó a cabo (en la
vida terrenal) deseará que haya una gran distancia entre él y todo lo
malo que realizó. Y Al-lah os advierte acerca de Él (y de Su castigo). Y
Al-lah es Compasivo con Sus siervos.
31. Di (a la gente, ¡oh,
Muhammad!): «Si de verdad amáis a Al-lah, seguidme y Al-lah os amará y
perdonará vuestros pecados. Y Al-lah es Indulgente y Misericordioso».
33. Ciertamente, Al-lah
escogió a Adán, a Noé, a la familia de Abraham y a la de ‘Imran entre
todos los pueblos (para que de ellos surgiesen y se sucediesen los
profetas);
35. Y (recuerda, ¡oh,
Muhammad!,) cuando la mujer de ‘Imran dijo: «¡Señor!, he hecho el voto
de consagrar a Tu servicio lo que llevo en mi vientre; acéptalo, pues.
Ciertamente, Tú eres el Oyente (de todas las cosas), el Omnisciente».
36. Y cuando hubo dado a luz,
dijo: «¡Señor!, he dado a luz a una niña —y Al-lah bien sabía lo que
había dado a luz— y el varón (que esperaba tener) no es como la hembra
(que he tenido para consagrarla a Tu servicio en el templo). Le he
puesto por nombre María, y busco refugio en Ti para ella y para su
descendencia del Demonio, el expulsado».
37. Y su Señor la aceptó de
buen grado e hizo que creciera bien[101], y se la encomendó a Zacarías
para que fuera su tutor. Cada vez que Zacarías entraba en el oratorio
donde ella se hallaba, encontraba alimentos junto a ella. Le decía:
«¡María!, ¿de dónde proviene esto?», ella contestaba: «Proviene de
Al-lah. En verdad, Al-lah provee de sustento a quien quiere sin límite
alguno».
[101] Al-lah la dotó de un aspecto agradable
para que fuese rápidamente aceptada por quien sería su tutor.
39. Y los ángeles lo llamaron
cuando estaba rezando en el oratorio (y le dijeron): «Al-lah te anuncia
la buena noticia de (tu hijo) Juan, quien creerá en Jesús, creado a
partir de la palabra de Al-lah «sé», y será noble, sabio y casto, y un
profeta recto y virtuoso».
40. Zacarías dijo: «¡Señor!,
¿cómo podré tener un hijo cuando he alcanzado la vejez y mi mujer es
estéril?». Dijo (Al-lah a través del ángel): «Así será, pues Al-lah hace
lo que quiere».
41. (Zacarías) dijo: «¡Señor!,
dame una señal (como prueba de ello)». Respondió (Al-lah a través del
ángel): «La señal será que no podrás hablar a la gente durante tres
días, salvo por señas. Y menciona mucho a Al-lah y glorifícalo rezándole
al final y al comienzo del día».
42. Y (recuerda) cuando los
ángeles dijeron (a María): «¡María!, Al-lah te ha escogido, te ha
purificado, y te ha elegido a ti entre las mujeres de todos los pueblos.
44. Estas son historias que
desconocías (¡oh, Muhammad!) y que te revelamos. Y no estabas presente
cuando echaban a suertes quién tutelaría a María ni eras testigo de
cuando discutían (al respecto).
45. Y (recuerda) cuando los
ángeles dijeron: «¡María!, Al-lah te anuncia la buena nueva de (un hijo
creado a partir de) una palabra Suya («sé»), de nombre el Mesías[102],
Jesús, hijo de María. Será ensalzado con honor en esta vida y en la
otra, y estará entre los próximos (a Al-lah)».
[102] La palabra «Mesías» en árabe es Masih y
proviene del verbo masaha, que significa tocar o masajear. Al parecer,
Jesús—la paz de Al-lah esté con él— era llamado así porque cuando tocaba
a una persona afectada por una enfermedad, esta se curaba con el
consentimiento de Al-lah.
47. (Ella) dijo: «¡Señor!,
¿cómo podré tener un hijo siendo que ningún hombre me ha tocado?».
Contestó (Al-lah a través del ángel): «Así será, pues Al-lah crea lo que
quiere. Cuando decreta algo, le basta con decir “sé” y es.
49. »Y será un mensajero para
los hijos de Israel (y les dirá:) “He venido a vosotros con una prueba
de vuestro Señor (sobre mi veracidad): moldearé para vosotros a partir
del barro una figura semejante a un pájaro, soplaré en ella y se
convertirá en un pájaro de verdad, con el permiso de Al-lah. Curaré al
ciego de nacimiento y al leproso y resucitaré a los muertos con el
permiso de Al-lah. Y os informaré acerca de lo que coméis y almacenáis
en vuestros hogares. Ciertamente, en ello tenéis una prueba (de mi
veracidad) si, en verdad, sois creyentes.
50. »Y vengo para confirmar
(las enseñanzas originales de) la Torá y para haceros lícitas algunas de
las cosas que se os habían prohibido. Y he venido a vosotros con una
prueba de vuestro Señor; ¡temed, pues a Al-lah y obedecedme!
52. Y cuando Jesús sintió que
rechazarían la verdad, dijo: «¿Quién me apoyará en la causa de Al-lah?».
Sus discípulos dijeron: «Nosotros te apoyaremos en la causa de Al-lah.
Creemos en Al-lah, y sé testigo de que nos sometemos a Él».
53. (Y dijeron:) «¡Señor!,
creemos en lo que nos has revelado (el Evangelio) y seguimos al
mensajero (Jesús); inscríbenos, pues, entre quienes dan fe (de la
verdad)».
54. Y (los judíos) tramaron
(un plan para matar a Jesús), pero Al-lah también tramó (un plan para
salvarlo[103]), y Al-lah es el mejor planeando.
[103] Según la creencia islámica, Jesús —la paz
de Al-lah esté con él— no murió en la cruz, sino que Al-lah lo salvó
ascendiéndolo en vida hacia Él; y crucificaron en su lugar a otro hombre
que guardaba un gran parecido con él, de manera que los judíos pensaron
que Jesús —la paz de Al-lah esté con él—había muerto realmente.
55. Y (recuerda) cuando Al-lah
dijo: «¡Jesús!, te tomaré (mientras duermes) y haré que asciendas hacia
Mí (en cuerpo y alma), y te salvaré de quienes no creen (en ti). Y haré
que tus seguidores (que se mantengan firmes en la adoración exclusiva a
Al-lah, sin desviarse) estén por encima de quienes rechazan la verdad
hasta el Día de la Resurrección. Después regresaréis a Mí y os juzgaré
sobre aquello en lo que discrepabais.
58. Esto que te contamos (¡oh,
Muhammad!) son claras evidencias[104] (de la veracidad de tu mensaje) y
de la veracidad de la sabia exhortación de Al-lah (el Corán).
[104] También puede entenderse «Esto que te
contamos (¡oh, Muhammad!)es uno de los milagros de Al-lah y parte de su
sabia exhortación (el Corán)».
61. Y si (quienes rechazan la
verdad) te discuten[106] sobre (Jesús) tras el conocimiento que has
recibido, diles: «¡Venid! Llamemos a nuestros hijos y a los vuestros, a
nuestras mujeres y a las vuestras, y (estemos presentes) todos nosotros.
Después recemos con sinceridad invocando a Al-lah para que expulse de
Su misericordia a quienes mientan».
[106] Se trata de quienes discuten por
discutir, sin pretender averiguar la verdad y buscando crear polémica,
ya que el islam invita a los cristianos y judíos a dialogar con los
musulmanes para llegar a un acuerdo (ver la aleya 64 de esta misma
sura).
64. Diles (a los judíos y
cristianos, ¡oh, Muhammad!,): ¡Vosotros que recibisteis las Escrituras!,
lleguemos a un acuerdo justo al que nos comprometamos ambas partes: No
adoraremos sino a Al-lah ni Lo equipararemos con nadie en Su adoración,
ni obedeceremos a otros por encima de Al-lah contradiciendo Sus
mandatos». Y si dan la espalda (a esta invitación), decidles: «Sed
testigos de que nosotros nos sometemos (sinceramente a la voluntad de
Al-lah)».
65. (Diles:) «¡Vosotros que
recibisteis las Escrituras!, ¿por qué nos discutís sobre Abraham[107] si
la Torá y el Evangelio no fueron revelados hasta después de él? ¿Es que
no razonáis?
[107] Los judíos decían que Abraham era judío
como ellos y los cristianos decían que Abraham era cristiano, cuando en
tiempos de Abraham aún no había ni judíos ni cristianos porque todavía
no habían sido revelados la Torá y el Evangelio.
66. »Vosotros sois quienes
discutisteis con anterioridad (con Muhammad) sobre lo que conocíais (con
respecto a vuestra religión), ¿por qué discutís ahora acerca de lo que
no sabéis (sobre el tema de Abraham). Al-lah sabe (la verdad sobre lo
que disputáis), mientras que vosotros no sabéis».
68. En verdad, quienes tienen
más derecho a considerar a Abraham de los suyos son quienes creyeron en
él y lo siguieron (adorando solamente a Al-lah con sinceridad), así como
este profeta (Muhammad) y quienes creen (en él); Y Al-lah es el
Protector de los creyentes.
70. ¡Vosotros que recibisteis
las Escrituras!, ¿por qué desmentís la revelación de Al-lah (y lo que
reveló en vuestros Libros acerca del profeta Muhammad) cuando sabéis que
es la verdad?
72. Un grupo de entre los
judíos dicen (entre ellos): «Creed por la mañana en lo que ha sido
revelado a los creyentes (que siguen a Muhammad) y rechazadlo al final
del día para que ellos regresen a su antigua religión (tras confundirlos
con vuestra acción).
73. »Y creed solo en quienes
siguen vuestra religión». Diles (¡oh, Muhammad!): «La guía verdadera es
la de Al-lah». (Y dicen:) «No reveléis el conocimiento que habéis
recibido para que nadie sea bendecido como vosotros y para que no lo
utilicen como argumento en vuestra contra ante vuestro Señor (el Día de
la Resurrección)». Diles (¡oh, Muhammad!): «El favor está en las manos
de Al-lah, y Él lo dispensa a quien quiere. El favor de Al-lah es
inmenso y Él tiene conocimiento sobre todas las cosas».
75. Y entre los judíos hay
quienes, si les confías una gran suma de dinero, te la devuelven
enseguida; y hay quienes, si les confías una sola moneda, no te la
devuelven a no ser que la reclames con insistencia. Ello se debe a que
dicen: «No nos pasará nada por lo que les hagamos a los iletrados[108]
(de los árabes)». E inventan mentiras contra Al-lah a sabiendas.
[108] Los judíos despreciaban a los gentiles,
es decir, a cualquier persona que no fuera judía como ellos, y se creían
superiores a los demás en todos los aspectos, llegando a rebajarlos por
debajo de la condición humana. Este desprecio está presente en muchos
pasajes del Talmud, obra que recoge principalmente las discusiones
rabínicas sobre leyes judías, tradiciones, costumbres, etc., y que
constituye la interpretación orgánica de la Torá.
77. Quienes vendan sus
compromisos con Al-lah y sus juramentos por un vil beneficio no
obtendrán su parte de recompensa en la otra vida, ni les hablará Al-lah,
ni los mirará el Día de la Resurrección (con misericordia); no los
purificará (de sus pecados) y tendrán un doloroso castigo.
78. Y entre los judíos hay
grupos que tergiversan la palabra de Al-lah cuando recitan las
Escrituras (la Torá) para que penséis que (lo que dicen) es parte de la
revelación, cuando no lo es; y dicen que procede de Al-lah, cuando no
procede de Al-lah, y atribuyen mentiras a Al-lah a sabiendas.
79. No es posible que un
hombre al que Al-lah le haya concedido una Escritura Sagrada y sabiduría
(entendimiento sobre la religión y sus preceptos) y lo haya hecho
profeta diga a su gente: «Adoradme a mí, en vez de a Al-lah», más bien
les diría: «Seddivulgadores sabios y rectos de la religión de Al-lah,
puesto que enseñáis Su revelación y la estudiáis».
80. Y no os ordenaría tomar a
los ángeles y a los profetas como divinidades. ¡¿Cómo podría ordenaros
la incredulidad después de vuestro sometimiento y sumisión a Al-lah?!
81. Y (recuerda a tu pueblo)
cuando Al-lah estableció un pacto con los profetas (y les dijo): «Os
concedo Escrituras y sabiduría (entendimiento de la religión y de sus
preceptos); mas, si os llega un profeta (Muhammad) confirmando lo que
tenéis, creeréis en él y lo apoyaréis. ¿Estáis de acuerdo y aceptáis el
pacto?». Respondieron: «Estamos de acuerdo». Dijo Al-lah: «Sed testigos
(de ello), y Yo también soy testigo junto con vosotros».
82. Y quienes (aleguen seguir a
sus profetas, como los judíos y los cristianos, y) le den la espalda (a
Muhammad) después del pacto (que establecieron los profetas con Al-lah
acerca de creer y apoyar a Su Mensajero), esos serán los rebeldes.
83. ¿Acaso desean una religión
distinta a la de Al-lah, cuando a Él se someten todas las criaturas que
hay en los cielos y en la tierra, voluntariamente o a la fuerza, y
todos han de regresar a Él?
84. Diles (¡oh, Muhammad!):
«Creemos en Al-lah y en lo que nos ha revelado, así como en lo que
reveló a Abraham, a Ismael, a Isaac, a Jacob y a las tribus (de Israel);
(creemos) en lo que Moisés, Jesús y (todos) los profetas recibieron de
su Señor. No hacemos ninguna diferencia entre ellos (los aceptamos a
todos por igual) y nos sometemos completamente a Él».
85. Y quien siga una religión distinta al islam no le será aceptada[109] y, en la otra vida, estará entre los perdedores.
[109] El profeta Muhammad —que Al-lah lo
bendiga y le dé la paz— ha sido el único profeta enviado a toda la
humanidad de todos los tiempos por ser el último mensajero de Al-lah.
Los profetas anteriores fueron enviados a pueblos concretos bien para
recordarles su religión primigenia o inclinación natural (fitrah) con la
que Al-lah creó al hombre, basada en la adoración pura y exclusiva a
Al-lah, bien para traerles nuevas revelaciones con el mismo mensaje de
la unicidad de Al-lah y de la llegada del Día de la Resurrección, mas
con leyes distintas adaptadas a momentos y a pueblos concretos. Los
hombres que siguieron la fitrah y las enseñanzas de sus profetas sin
desviarse de la verdad se consideran musulmanes, ya que se sometieron a
la voluntad de Al-lah. Tras la aparición del profeta Muhammad —que
Al-lah lo bendiga y le dé la paz—, todo hombre que tenga noticias sobre
el islam tiene la obligación de abrazar esta religión y de seguir el
contenido del Corán, puesto que es la única Revelación que no ha sido
alterada por el hombre y prevalece sobre todas las demás. Hay varios
dichos del Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— que tratan
sobre cuatro tipos de personas que el Día de la Resurrección se
excusarán ante Al-lah por no haber seguido el islam: quienes no pudieron
escuchar el mensaje, los discapacitados mentales, las personas seniles y
quienes murieron siguiendo la fitrah. Al-lah pondrá a prueba su
sinceridad y librará a algunos del castigo del fuego, mientras que otros
caerán en él.
86. ¿Cómo puede Al-lah guiar a
un pueblo que ha rechazado la verdad después de haber creído en ella y
que había dado fe sobre la veracidad del Mensajero (Muhammad) tras haber
recibido pruebas evidentes? Y Al-lah no guía a los injustos que
rechazan la verdad.
89. Salvo quienes se
arrepientan después (de haber rechazado la verdad) y se enmienden
(siguiendo el islam), pues Al-lah es Indulgente y Misericordioso.
90. No se aceptará el
arrepentimiento de quienes rechacen la verdad tras haber creído en ella y
persistan en la incredulidad[110] (hasta el momento de su muerte); y
esos serán los extraviados.
[110] Otra interpretación posible es: «No se
aceptará el arrepentimiento de quienes hayan negado a Jesús después de
haber creído en Moisés y desmientan luego a Muhammad».
91. Ciertamente, no se
aceptará el arrepentimiento de quienes rechacen la verdad (y nieguen que
Muhammad sea un profeta) y mueran en dicho estado de incredulidad,
aunqueofrecieran todo el oro que hubiese en la tierra para librarse del
castigo. Esos recibirán un castigo doloroso y no tendrán quienes los
auxilien.
92. No alcanzaréis (la
recompensa de) la piedad (el paraíso) hasta que deis en caridad parte de
los bienes que amáis. Y todo lo que deis es el del conocimiento de
Al-lah.
93. Todos los alimentos eran
lícitos para los hijos de Israel, excepto lo que el propio Israel
(Jacob) prohibió para sí antes de que la Torá fuera revelada. Diles
(¡oh, Muhammad!): «Traed la Torá y leedla[111] si sois veraces (cuando
decís que fue Al-lah quien le prohibió tales alimentos)».
[111] La Tora demuestra que todos los alimentos
eran lícitos para los judíos antes de su revelación, y que Al-lah les
prohibió después varios alimentos como castigo, debido a su iniquidad y
transgresión. Si Jacob se prohibió a sí mismo la carne de camello y su
leche antes de la revelación de la Torá, fue para cumplir la promesa que
Le hizo a Al-lah, cuando Jacob estaba muy enfermo, de dejar de tomar
los mejores alimentos existentes si Él lo curaba de su afección. Aunque
este tipo de votos o promesas no son recomendables actualmente, eran
prácticas comunes entonces y completamente lícitas.
95. Di (¡oh, Muhammad!):
«Al-lah ha dicho la verdad». Seguid, pues, la religión de Abraham, quien
adoraba a Al-lah con pura sumisión y exclusividad; y no era un
idólatra.
96. En verdad, la primera casa
de oración erigida para que los hombres adoraran a Al-lah es (la Kaaba)
en La Meca; un lugar bendecido y guía para todos los pueblos.
97. Allí hay claros signos (de
que Abraham la construyó y de que Al-lah la honró y bendijo), como la
roca sobre la que Abraham se alzaba para construir la Kaaba.Y quien
entre en La Meca estará a salvo (pues es un lugar sagrado). Y es una
obligación de los hombres para con Al-lah el peregrinaje a la Kaaba si
disponen de la salud y de los medios necesarios. Y quien rechace la
verdad (y niegue la necesidad de realizar el peregrinaje y no lo
realice, a pesar de contar con los medios para hacerlo, habrá caído en
la incredulidad); y Al-lah no tiene necesidad de ningún ser de Su
creación.
98. Diles (a los judíos y
cristianos, ¡oh, Muhammad!): «¡Vosotros que recibisteis las Escrituras!,
¿por qué negáis las aleyas de Al-lah (y las pruebas sobre la veracidad
de Su religión) cuando Al-lah es testigo de lo que hacéis?».
99. Diles: «¡Vosotros que
recibisteis las Escrituras!, ¿por qué intentáis apartar al creyente del
camino de Al-lah haciendo que parezca tortuoso cuando vosotros mismos
sois testigos (de que es el camino verdadero)? Y Al-lah no deja pasar
por alto lo que hacéis».
100. ¡Oh, creyentes!, si
obedecéis a un grupo de quienes recibieron las Escrituras, harán que
volváis a la incredulidad después de haber aceptado la fe.
101. ¿Y cómo podéis negar la
verdad cuando se os recitan las aleyas de Al-lah y tenéis entre vosotros
a Su Profeta? Y quien se aferre fuertementea Al-lah habrá sido guiado
hacia el camino recto.
103. Y aferraos todos juntos a
la religión[112] de Al-lah y no os dividáis. Y recordad la gracia de
Al-lah sobre vosotros al hermanaros en la religión uniendo vuestros
corazones, cuando antes (del islam) erais enemigos los unos de los otros
y estabais al borde del abismo del fuego, y os salvó de él (guiándoos
hacia la fe). Así es como Al-lah os aclara Su revelación para que podáis
guiaros.
[112] Literalmente dice:«Y aferraos todos a la
cuerda de Al-lah», que aquí significa Su religión, o el Corán, o Su
Profeta.
104. Y que de entre vosotros
surja un grupo de hombres que inviten a la rectitud, que ordenen el bien
(que manda el islam) y prohíban el mal (que este condena). Esos serán
los triunfadores.
105. Y no seáis como quienes
se dividieron y discreparon entre sí (los judíos y los cristianos) tras
haber recibido pruebas evidentes. Esos tendrán un terrible castigo
106. el Día (de la
Resurrección), (día) en el que algunos rostros aparecerán iluminados y
otros ensombrecidos.A aquellos de rostros ensombrecidos (se les dirá):
«¿Negasteis la fe después de haber creído? Sufridel castigo por haberla
negado».
110. Vosotros (que creéis y
seguís a Muhammad) sois la mejor comunidad que haya surgido nunca en
beneficio de los hombres. Ordenáis el bien, prohibís el mal y creéis en
Al-lah. Y si los judíos y cristianos creyeran, sería mejor para ellos;
algunos creen (en Al-lah y en lo que ha revelado a Muhammad), pero la
mayoría de ellos son rebeldes.
111. (Esos rebeldes) no podrán
perjudicaros en nada, salvo causaros algunas molestias (principalmente
de palabra). Y si lucharan contra vosotros, se retirarían (derrotados) y
no serían socorridos.
112. La humillación se abatirá
sobre ellos allí donde se encuentren, a menos que reciban un pacto (de
protección) de Al-lah[113] o de los hombres, pues han incurrido en la
ira de Al-lah, y se abatirá sobre ellos la miseria. Ello es así porque
negaron las revelaciones (y pruebas) de Al-lah y asesinaron injustamente
a los profetas, porque desobedecieron y traspasaron los límites.
[113] El pacto de Al-lah al que hace referencia
es el de pagar un impuesto (o yizia) al estado musulmán para vivir
amparados bajo la ley del islam y poder seguir practicando su propia
religión.
113. No son todos iguales.
Entre los judíos y cristianos hay un grupo de hombres rectos que recitan
las aleyas de Al-lah[114] durante la noche y se postran ante Él (en sus
rezos).
[114] Ese grupo de hombres rectos lo forman
quienes reconocen la verdad y la siguen. La aleya fue revelada con
motivo de un grupo de judíos que aceptaron el islam cuando supieron de
él y por eso recitaban el Corán.
114. Creen en Al-lah y en el
Día de la Resurrección, ordenan el bien y prohíben el mal y se apresuran
a realizar buenas acciones. Esos son de los rectos y virtuosos.
116. A quienes rechazan la
verdad, de nada les servirán sus bienes y sus hijos frente a Al-lah.
Esos serán los habitantes del fuego, y allí permanecerán eternamente.
117. La caridad que dan en
esta vida (quienes rechazan la verdad) se asemeja a un campo de cultivo
de unas gentes incrédulas y pecadoras que es arrasado completamente por
un viento helado[115]. Y Al-lah no fue injusto con ellos, sino que ellos
fueron injustos consigo mismos (debido a su incredulidad y a sus
pecados).
[115] Del mismo modo que el viento arrasa el
campo y priva a sus dueños de todo beneficio, la caridad que entregan
quienes rechazan la verdad no obtendrá su recompensa en la otra vida y
no les habrá sido de ninguna utilidad.
118. ¡Oh, creyentes!, no
toméis por consejeros y hombres de confianza a quienes no sean
musulmanes; (de lo contrario) no cejarán en su empeño de corromperos y
desearán perjudicaros severamente. El odio que sienten (hacia vosotros)
se refleja en lo que dicen, mas lo que esconden en sus corazones es
todavía peor. Os hemos mostrado las pruebas (de su enemistad); (no los
toméis, pues, por aliados vuestros) si es que razonáis.
119. Vosotros los apreciáis,
pero ellos no os aprecian, y vosotros creéis en todas las revelaciones
de Al-lah, pero ellos no creen en la vuestra. Si se encuentran con
vosotros, dicen: «Creemos», pero si se quedan a solas entre ellos, se
muerden los dedos de rabia. Diles (¡oh, Muhammad!): «¡Moríos de rabia!
En verdad, Al-lah conoce lo que encierran vuestros corazones».
120. Si os sucede algo bueno,
se afligen; pero si os sucede algo malo, se alegran. Mas si sois
pacientes y teméis a Al-lah, lo que tramen contra vosotros no os
perjudicará en lo más mínimo. Realmente, el conocimiento de Al-lah
abarca todo lo que hacen.
121. Y (recuerda, ¡oh,
Muhammad!) cuando saliste de tu hogar por la madrugada para asignar a
los creyentes sus puestos en la batalla (de Uhud[116]). Y Al-lah todo lo
oye y todo lo sabe.
[116] La batalla de Uhud es la segunda gran
batalla del islam y tuvo lugar el tercer año de la Hégira en el monte
Uhud, situado a unos cinco kilómetros de la ciudad de Medina. Tras la
pérdida que los incrédulos de La Meca sufrieron en Badr, estos
prepararon una ofensiva para vengarse de los musulmanes, para lo que
reunieron un ejército de unos 3.000 hombres. Los musulmanes salieron a
su encuentro con un ejército de 1.000 hombres, aunque los hipócritas de
la ciudad preferían quedarse en Medina y no estaban de acuerdo con la
decisión del Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—. Uno de los
hipócritas regresó a la ciudad con una tercera parte del ejército antes
de llegar a Uhud, molesto con el Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé
la paz— por no haber tenido en cuenta su opinión de no salir al
encuentro de los incrédulos de La Meca. Posteriormente, él y sus
seguidores se excusarían diciendo que no sabían que ese día iban a
luchar y que por esa razón regresaron a Medina. La batalla supuso un
gran revés para los musulmanes que padecieron las consecuencias de
desobedecer las órdenes del profeta Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le
dé la paz—, ya que los arqueros, quienes protegían al resto de los
combatientes musulmanes desde lo alto del monte, abandonaron sus puestos
para tomar el botín pese a la prohibición del Profeta —que Al-lah lo
bendiga y le dé la paz— y fueron sorprendidos por detrás, de manera que
perdieron una batalla que tenían prácticamente ganada.
122. (Recuerda) cuando dos
grupos de entre vosotros estuvieron a punto de flaquear[117], a pesar de
que Al-lah era el Protector de ambos. Y en Al-lah depositan su
confianza los creyentes.
[117] Se refiere a dos tribus de entre los
musulmanes que tuvieron miedo del enemigo y pensaron en retirarse y
regresar a la ciudad como habían hecho los hipócritas.
123. Y, ciertamente, Al-lah os
ayudó en (la batalla de) Badr y os concedió la victoria cuando estabais
en inferioridad de condiciones. Temed, pues, a Al-lah, (obedeciéndolo
en lo que os ordena) para que seáis agradecidos.
125. »Y si sois pacientes y
teméis (a Al-lah), y (los incrédulos de La Meca) os atacan por sorpresa,
vuestro Señor os reforzará con cinco mil ángeles que portarán señales
distintivas».
126. Y Al-lah hizo que (ese
refuerzo) fuese una buena noticia para animaros y tranquilizar vuestros
corazones. Y la victoria proviene solo de Al-lah, el Poderoso, el Sabio.
127. (Y la victoria de Al-lah
en Badr) fue para acabar con un grupo de quienes rechazaban la verdad o
para humillarlos (con la derrota) y hacer que se retirasen frustrados.
128. No te concierne a ti
(¡oh, Muhammad!) lo que les suceda, tanto si (Al-lah) los perdona como
si los castiga, pues son injustos por negar la verdad.
129. Y a Al-lah pertenece
cuanto existe en los cielos y en la tierra. Perdona a quien quiere y
castiga a quien quiere. Y Al-lah es Indulgente y Misericordioso.
135. Esos que, si cometen una
inmoralidad y se perjudican a sí mismos (cometiendo acciones
reprobables), recuerdan a Al-lah y Le piden perdón por sus pecados —¡¿Y
quién sino Al-lah perdona los pecados?!— y no reinciden en sus (malas)
acciones a sabiendas.
136. Recibirán como recompensa
el perdón de su Señor y jardines por los cuales corren ríos, donde
vivirán eternamente. ¡Y qué excelente recompensa para quienes actúan
bien!
137. Y, ciertamente, otras
naciones que pasaron antes de vosotros sufrieron también (pérdidas y
pruebas como las que habéis pasado en Uhud, mas la derrota final será
para quienes rechacen la verdad). ¡Recorred la tierra y observad cuál
fue el final de quienes no creyeron (en Al-lah ni en Sus mensajeros)!
139. Así pues, no os
desalentéis ni os entristezcáis por lo sucedido (en la batalla de Uhud),
pues seréis vosotros finalmente los triunfadores, si en verdad sois
creyentes.
140. Si habéis sufrido un duro
golpe (en Uhud), también lo sufrieron ellos (al perder en Badr). Y así
alternamos el triunfo y la derrota entre los hombres, para que Al-lah
ponga a prueba a los creyentes y tome a mártires de entre vosotros. Y
Al-lah no ama a los injustos que rechazan la verdad.
142. ¿O acaso pensasteis que
entraríais en el paraíso sin que Al-lah evidenciase quiénes combaten por
Su causa y quiénes son los pacientes (en la adversidad)?
143. Y, realmente, deseasteis
morir en combate (para ser mártires) antes de encontraros con la muerte
(en la batalla).Ahora la habéis visto (como deseabais y pedíais) delante
de vosotros, (¡luchad, pues, y sed pacientes!).
144. Muhammad no es más que un
mensajero, y hubo otros antes de él. ¿Acaso si muriera o lo mataran
daríais la espalda a la verdad (volviendo a la incredulidad)? Y quien
eso hiciera no perjudicaría en nada a Al-lah. Y Al-lah recompensará a
los agradecidos (que se mantienen firmes en su fe).
145. Y nadie puede morir a no
ser que sea con el consentimiento de Al-lah y en el momento que Él ha
decretado. Quien quiera una recompensa en esta vida la obtendrá, y quien
quiera una recompensa en la otra vida la obtendrá. Y recompensaremos a
los agradecidos.
146. ¡Y cuántos profetas
lucharon en compañía de sus seguidores, y estos no se acobardaron a
pesar de todo lo que padecieron en la causa de Al-lah, ni flaquearon, ni
se rindieron! Y Al-lah ama a los pacientes.
147. Y sus únicas palabras
(ante las adversidades) eran: «¡Señor, perdona nuestros pecados y
transgresiones, haz que nos mantengamos firmes y concédenos la victoria
sobre quienes rechazan la verdad!».
151. Infundiremos temor en los
corazones de quienes rechazan la verdad por adorar a otros además de a
Al-lah sin haber recibido ninguna autorización para hacerlo. Habitarán
en el fuego, ¡y qué pésima morada la de los injustos!
152. Y Al-lah cumplió la
promesa que os hizo (al comienzo de la batalla de Uhud) cuando, con Su
consentimiento, matabais y vencíais a vuestro enemigo; hasta que
flaqueasteis y comenzasteis a discutir la orden (de no abandonar bajo
ningún concepto vuestra posición en la batalla) y desobedecisteis cuando
(Al-lah) os mostró (el botín y la victoria) que deseabais. Algunos de
entre vosotros deseáis (los bienes de) la vida terrenal, y otros deseáis
la (recompensa de la) eterna. EntoncesÉl hizo que (os vencieran y)
huyerais de ellos para poneros a prueba. Pero, ciertamente, os ha
perdonado (al saber de vuestro arrepentimiento por haber desobedecido). Y
el favor de Al-lah con los creyentes es inmenso.
153. (Y recordad) cuando
huíais sin reparar en nadie y el Mensajero os llamaba por detrás para
(que regresarais al combate). Entonces (Al-lah) os sumió en un gran
pesar (el de la derrota) seguido de otro pesar (el rumor sobre la muerte
del Profeta) para que no os afligierais por (el botín y la victoria)
que habíais perdido y por (las bajas) que habíais padecido. Y Al-lah
está bien informado de lo que hacéis.
154. Después de la aflicción,
(Al-lah) hizo descender sobre vosotros un sentimiento de seguridad, y la
somnolencia se apoderó de un grupo de vosotros, mientras que otros se
preocupaban solo de ellos mismos y pensaban erróneamente sobre Al-lah,
con pensamientos propios de la época de la ignorancia (previa al islam).
Decían (arrepentidos de haber salido a combatir): «Si hubiese sido por
nosotros, no habríamos salido a combatir». Diles (¡oh, Muhammad!): «A
Al-lah pertenece la decisión sobre todos los asuntos (Él es Quien
decretó vuestra salida para luchar y lo que sucedió en la batalla)».
Ocultaban en su interior lo que no se atrevían a revelarte. Decían: «Si
hubiésemos podido decidir sobre el asunto (de luchar), nadie habría
muerto aquí». Diles (¡oh, Muhammad!): «Si hubieseis permanecido en
vuestros hogares, aquellos a quienes la muerte les había sido decretada
habrían salido para morir allí donde esta les esperaba». Y (todo ello
sucedió) para poneros a prueba (y distinguir al creyente del hipócrita) y
para purificar vuestros corazones. Y Al-lah conoce bien lo quealberga
vuestro interior.
155. Aquellos que de vosotros
huyeron (de la batalla) el día en que se enfrentaron los dos ejércitos
(el de los creyentes y el de los idólatras en Uhud) se dejaron llevar
por el Demonio debido a los (pecados) que habían cometido. Pero,
ciertamente, Al-lah los ha perdonado. Al-lah es Indulgente y Tolerante.
156. ¡Oh, creyentes!, no seáis
como quienes rechazan la verdad y decían acerca de los suyos (que
habían perecido) al salir de viaje o a combatir: «Si se hubiesen quedado
con nosotros, no habrían muerto ni los habrían matado». Al-lah hará que
(esas palabras) sean un motivo de aflicción en sus corazones. Y Al-lah
da la vida y la muerte y ve todo lo que hacéis.
157. Y si os matan o morís
luchando por la causa de Al-lah, Él perdonará vuestros pecados y os
concederá Su misericordia; y eso es mucho mejor que todos los bienes que
puedan acumular (quienes aman la vida terrenal).
159. Y trataste (a tus
compañeros y seguidores) con gentileza por la misericordia de Al-lah. Si
hubieras sido severo y duro de corazón con ellos, se habrían alejado de
ti (¡oh, Muhammad!). Discúlpalos y pide perdón (a Al-lah) por ellos; y
consulta su opinión en los temas (que lo requieran antes de tomar una
decisión). Y cuando hayas tomado una decisión, encomiéndate a Al-lah.
Ciertamente, Al-lah ama a quienes confían en Él.
160. Si Al-lah os auxilia,
nadie podrá venceros; mas, si os abandona, ¿quién podrá auxiliaros fuera
de Él? ¡Y que los creyentes se encomienden (solo) a Al-lah!
161. No es propio de un
profeta tomar una parte del botín de manera ilegal[118]. Y quien lo haga
deberá comparecer el Día de la Resurrección con lo que tomó. Después
todos recibirán la retribución que sus acciones hayan merecido y nadie
será tratado con injusticia.
[118] Esta aleya fue revelada en relación a un
episodio que sucedió tras la batalla de Badr, cuando desapareció del
botín una túnica aterciopelada de color rojo y circuló el rumor de que
el Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—podía haberla cogido.
164. Ciertamente, Al-lah ha
concedido un gran favor a los creyentes enviándoles un mensajero de
entre ellos que les recita Sus aleyas, los purifica (ordenándoles buenas
acciones y prohibiéndoles lo que los perjudica) y les enseña el Libro
(el Corán) y la sabiduría (entendimiento de la religión), cuando antes
estaban en un claro extravío.
165. ¿Por qué cuando sufrís
una adversidad (la derrota en Uhud), a pesar de que vosotros habías
infligido antes (al enemigo) el doble de daños (en Badr entre muertos y
prisioneros), os preguntáis por su causa? Diles (¡oh, Muhammad!):
«Vosotros sois la causa (por haber desobedecido las órdenes del Profeta
de no abandonar vuestros puestos)». Ciertamente, Al-lah es Todopoderoso.
166. Y la (desgracia) que os
sobrevino el día en que se enfrentaron los dos ejércitos (en Uhud) fue
con el permiso de Al-lah para que se evidenciara quiénes eran los
(verdaderos) creyentes (tras ponerlos a prueba),
167. y para que se evidenciara
quiénes eran los hipócritas. Se les dijo: «Venid y combatid por la
causa de Al-lah o defendeos (al menos)». (Los hipócritas) contestaron
(tras haberse negado a luchar cuando se les pidió hacerlo): «Si
hubiésemos sabido que de verdad iba a haber una batalla, os habríamos
seguido». Ese día (los hipócritas) estuvieron más cerca de la
incredulidad que de la fe. Decían lo que no sentían. Y Al-lah sabe bien
lo que ocultan (sus corazones).
168. Esos son quienes decían
sobre quienes habían muerto de entre los suyos (por haber salido a
combatir) mientras que ellos se habían quedado en sus hogares: «Si nos
hubieran obedecido a nosotros, no los habrían matado». Diles (¡oh,
Muhammad!): «Impedid que os llegue la muerte, si es que decís la
verdad».
169. Y no creáis que quienes
fueron matados luchando por la causa de Al-lah están muertos, pues están
vivos[119] y reciben provisión de su Señor (en el paraíso).
170. Se deleitan en el favor
que Al-lah les ha otorgado y se alegran por quienes han dejado atrás (y
no han muerto todavía), porque no tendrán nada que temer ni se sentirán
afligidos.
172. esos que respondieron a
la llamada de Al-lah y de Su Mensajero (para luchar nuevamente contra
los idólatras[120]) tras haber sido heridos (en Uhud). Quienes obraron
rectamente y temieron a Al-lah recibirán una gran recompensa.
[120]Cuando los idólatras regresaron a La Meca
tras la batalla de Uhud, se les recriminó que no hubieran acabado con
Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— y que no hubieran tomado
cautivas como botín; entonces decidieron regresar para acabar con los
musulmanes. Cuando esto llegó a oídos del Profeta —que Al-lah lo bendiga
y le dé la paz—, este movilizó a los hombres que habían luchado con él
en Uhud para salir al encuentro de los idólatras. En el último momento
los idólatras decidieron no enfrentarse, y el Profeta —que Al-lah lo
bendiga y le dé la paz— volvió con sus hombres sanos y salvos a la
ciudad de Medina sin haber luchado.
173. Esos a quienes algunos
dijeron (para asustarlos después de regresar de Uhud): «(Los idólatras
de La Meca) se han reunido contra vosotros, ¡temedles!». Mas ello no
hizo sino aumentar su fe, y dijeron: «Al-lah nos basta (contra ellos);
¡y qué excelente protector!
174. Y regresaron (a sus
hogares) con la gracia y el favor de Al-lah sin haber sufrido daño
alguno tras haber buscado la complacencia de Al-lah. Y Al-lah es dueño
del favor inmenso.
175. No es sino el Demonio
quien hace que tengáis miedo de sus aliados y seguidores; mas no los
temáis y temedme solo a Mí, si de verdad sois creyentes.
176. Y no te aflijas (¡oh
Muhammad!) por quienes se apresuran a rechazar la verdad. Ellos no
podrán perjudicar a Al-lah en nada. Él quiere dejarlos sin su parte de
recompensa en la otra vida, y obtendrán un terrible castigo.
178. Y que no piensen quienes
rechazan la verdad que es bueno para ellos que les aplacemos el castigo.
Se lo aplazamos para que pequen más; y tendrán un castigo humillante.
179. Al-lah no os iba a dejar a
vosotros, que creéis en Al-lah y en Su Profeta, en el estado en el que
os encontráis (mezclados con los hipócritas) sin distinguir (mediante
una prueba) a los hipócritas de los verdaderos creyentes. Y tampoco os
iba a revelar el conocimiento absoluto que solo Él posee (para que
pudierais saber quiénes eran los hipócritas), sino que Él escoge a quien
quiere de entre Sus profetas (para revelarle la información que desea).
Creed, pues, en Al-lah y en Sus mensajeros. Y si creéis (con
sinceridad) y teméis (a Al-lah), obtendréis una gran recompensa.
180. Y que no piensen quienes
guardan con avaricia los favores que Al-lah les ha concedido (y no dan
el azaque) que eso es lo mejor para ellos, pues (la avaricia) los
perjudicará. Lo que codiciaron aparecerá atado a sus cuellos (como
castigo) el Día de la Resurrección. Y a Al-lah pertenece la
herencia[121] de los cielos y de la tierra; y Al-lah está bien informado
de lo que hacéis.
[121] Significa que solamente Él existirá
cuando perezca todo lo que hay en los cielos y la tierra antes del Día
de la Resurrección.
181. Ciertamente, Al-lah ha
oído las palabras de los (judíos) que decían: «Al-lah es pobre, mientras
que nosotros somos ricos[122]». Registraremos sus palabras, así como
los asesinatos que cometieron injustamente contra los profetas, y les
diremos: «Sufrid el castigo del fuego.
[122] Los judíos dijeron esas palabras a modo
de burla tras la revelación de la aleya 245 de la sura 2, en la que
Al-lah, el Altísimo, decía: «¿Quién ofrece a Al-lah un préstamo generoso
(contribuyendo con sus bienes a Su causa) para que Él se lo devuelva
multiplicado con creces?».
183. Esos son quienes dicen:
«Al-lah nos hizo prometer (en la Torá) que no creeríamos en ningún
mensajero si no venía con una ofrenda que devorase un fuego (procedente
del cielo). Diles (¡oh, Muhammad!): «En verdad, os llegaron otros
mensajeros antes de mí con claras evidencias y con lo que vosotros
decís. ¿Por qué los matasteis, entonces, si sois veraces?».
184. Y si te desmienten,
también fueron desmentidos otros mensajeros que te precedieron y que
llegaron con claras evidencias, con revelaciones sagradas y con
escrituras esclarecedoras.
185. Todas las criaturas
perecerán, y recibiréis vuestra plena recompensa el Día de la
Resurrección. Quien sea librado del fuego y entre en el paraíso habrá
triunfado; y la vida terrenal no es más que un disfrute engañoso (y
efímero).
186. Seréis puestos a prueba
en vuestros bienes y en vuestras personas, y oiréis de quienes
recibieron las Escrituras antes que vosotros y de los idólatras cosas
que os herirán profundamente. Mas si sois pacientes y teméis a Al-lah,
estaréis haciendo una de las acciones que debéis hacer y que requieren
más determinación y entereza.
187. Y (recordad) cuando
Al-lah concertó un pacto con quienes habían recibido las Escrituras (la
Torá, y les dijo:) «Mostraréis y aclararéis su contenido a la gente y no
lo ocultaréis»; mas se desentendieron (del pacto) y modificaron las
Escrituras (ocultando la verdad) a cambio de un vil beneficio. ¡Qué mal
negocio hicieron!
188. No pienses que quienes se
regocijan de las malas acciones que han realizado y gustan de ser
elogiados por lo que no han hecho se librarán del tormento, pues tendrán
un castigo doloroso.
190. Ciertamente, en la
creación de los cielos y de la tierra y en la alternancia de la noche y
el día hay pruebas (del poder de Al-lah) para los hombres de buen
juicio,
191. esos que recuerdan y
mencionan a Al-lah (al rezar) de pie, sentados y recostados y meditan
sobre la creación de los cielos y la tierra, y dicen: «¡Señor nuestro,
no has creado todo esto en vano!, ¡gloria a ti!, ¡protégenos del castigo
del fuego (dándonos éxito en el cumplimiento de Tus mandatos)!
193. »¡Señor nuestro, hemos
escuchado la llamada de quien invita a la fe (Muhammad) diciendo: “Creed
en vuestro Señor”, y hemos creído. ¡Señor!, perdona, pues, nuestros
pecados, borra nuestras malas acciones y haz que al morir estemos con
los piadosos y virtuosos.
194. »Y concédenos, ¡Señor!,
lo que nos prometiste a través de Tus mensajeros, y no nos humilles el
Día de la Resurrección (mostrando nuestros pecados). Ciertamente, Tú no
incumples Tus promesas.
195. Y su Señor respondió a
sus invocaciones diciendo: «No dejaré que se pierda la buena acción de
ninguno de vosotros (pues todas las acciones tendrán su recompensa), sea
hombre o mujer, ya que provenís los unos de los otros (y sois hermanos
en la religión e iguales ante Al-lah en lo referente a recibir Su
recompensa). Así pues, a quienes emigren, sean expulsados de sus
hogares, sufran por Mi causa, luchen y mueran (por ella) les perdonaré
sus pecados y haré que entren en el paraíso, por donde corren ríos. Esa
es la recompensa de Al-lah; y Al-lah posee la mejor recompensa.
198. Sin embargo, quienes
teman a su Señor tendrán jardines por los cuales corren ríos, y allí
vivirán eternamente. Ese es el hospedaje que Al-lah concede. Y Al-lah
posee lo mejor para los piadosos y virtuosos.
199. Y entre quienes
recibieron las Escrituras hay quienes realmente creen en Al-lah, en lo
que os ha revelado (el Corán) y en lo que les reveló a ellos (la Torá y
el Evangelio). Se someten a Al-lah con humildad y no modifican las
revelaciones de Al-lah para obtener un vil beneficio. Esos recibirán su
recompensa junto a su Señor; y Al-lah es rápido en la retribución de Su
recompensa.
200. ¡Oh, creyentes!, sed
pacientes (ante las desgracias) y perseverantes (en vuestra obediencia a
Al-lah); sed más pacientes que vuestros enemigos y estad siempre
vigilantes (para defender vuestro territorio contra quienes os ataquen).
Y temed a Al-lah para que podáis triunfar.
التفاسير العربية:
ترجمة معاني
سورة:
آل عمران
ترجمة معاني القرآن الكريم - الترجمة الإسبانية - مركز نور إنترناشونال -
ترجمة معاني القرآن الكريم إلى اللغة الاسبانية، ترجمة مركز نور إنترناشونال. طبعة عام 2017م.